No me canso de repetir que el control de esfínteres es un
proceso madurativo. Que el niño sea capaz de decidir donde y cuando hacer pis
y/o caca es un proceso no sólo físico,
sino también cerebral y emocional. Y esto frecuentemente se olvida.
El control de esfínteres propiamente dicho es cuando el niño es capaz de controlar los músculos de la
uretra y el ano, y es capaz de orinar o defecar en el momento y el lugar “adecuado”,
es decir, en el baño.
El control de esfínteres suele darse, de media, entre los
dos años y medio y los tres años. Teniendo en cuenta que no se considera enuresis (micción involuntaria) diurna hasta los 5
años y nocturna hasta los 7. Ni se considera encopresis (defecación
involuntaria) hasta los 4 años.
Este sábado se celebró la I
Jornada de Crianza y Familia en Leganés. Además de asistir como organizadora
con mi marca Soñando Duendes,
ofrecí dos charlas. Una de ellas fue sobre Control de esfínteres. Entre otras
cosas estuvimos hablando sobre cómo
saber cuando están preparados, cómo facilitar el proceso y sobre los problemas
que en ocasiones surgen relacionados con este tema.
La mayoría de los
problemas surgen por no haber respetado el ritmo madurativo del niño. Nos
creemos con derecho a decidir por el niño sin prestar atención a las señales
que nos manda y nos sugieren si está o no preparado. Es fundamental conocer y estar atento a las señales que nos indican que
el niño está preparado.
Normalmente nos centramos en la idea fija de quitar el
pañal, porque al adulto nos es más cómodo no tener que estar cambiando pañales
y porque pensamos que hay que obligar al pequeño a crecer.
No tenemos en cuenta en ningún momento que el proceso requiere de tiempo, maduración y seguridad. Forzando y presionando sólo conseguimos que el proceso se vea entorpecido.
El factor emocional es muy importante. Si respetamos el proceso global el control de esfínteres suele darse sin problemas y el niño pasa de usar pañales a usar ropa interior sin dificultad y casi sin darnos cuenta.
Estas son algunas
de las señales, que se nos suelen pasar por alto, y nos indican que el niño
está preparado para dejar el pañal:
- El niño ha superado
la fase de retención. Cuando se da cuenta anticipadamente de que va a hacer
pis o caca, suele darse una etapa de retención. Si permitimos al niño
experimentar, le apoyamos sin forzar, acompañándole, esta fase pasa
rápidamente.
- No
muestra o ha perdido el miedo a deshacerse
de algo que para el es suyo. A algunos niños les cuesta más que a otros el
dejar ir algo que para ellos es suyo.
- No muestra ansiedad a controlar. Ha
superado la incomodidad de la angustia que para él significa controlar. El
decidir donde y cuando hacer pis y/o caca requiere de un gran autodominio.
Requiere de una maduración del niño, no sólo a nivel físico, sino también a
nivel cerebral y emocional.
El control de esfínteres
no es un proceso lineal. Por algún cambio en el día a día, tensiones en la
familia, miedos, novedades o control excesivo sobre la autonomía del niño, pueden darse situaciones que a las familias nos resultan problemáticas.
¿Cuáles son
algunos de esos problemas?
- Continúa teniendo escapes.
Si se le ha quitado el pañal al niño y este sigue teniendo escapes continuos, es que no está preparado aún. Lo mejor que podemos hacer es volver a ponerle el pañal y esperar a que sea él quien decida cuando quitar el pañal. Lo hará cuando esté preparado.
Si se le ha quitado el pañal al niño y este sigue teniendo escapes continuos, es que no está preparado aún. Lo mejor que podemos hacer es volver a ponerle el pañal y esperar a que sea él quien decida cuando quitar el pañal. Lo hará cuando esté preparado.
- Sólo quiere hacer
caca en el pañal.
Hay niños que hacen pis sin problema en el baño, pero a la hora de hacer caca les da más seguridad el pañal. Mi recomendación es no forzar y ofrecerles esa seguridad hasta que estén preparados. El juego siempre es un gran aliado.
Hay niños que hacen pis sin problema en el baño, pero a la hora de hacer caca les da más seguridad el pañal. Mi recomendación es no forzar y ofrecerles esa seguridad hasta que estén preparados. El juego siempre es un gran aliado.
- Retiene en exceso
la caca o el pis.
Cuando la fase de retención se enquista puede generar en un problema, ya que generalmente la familia lo vive con mucha ansiedad. Pero no debemos olvidar que el niño necesita respeto y seguridad. Si el niño se siente presionado en vez de avanzar conseguiremos el efecto contrario.
Cuando la fase de retención se enquista puede generar en un problema, ya que generalmente la familia lo vive con mucha ansiedad. Pero no debemos olvidar que el niño necesita respeto y seguridad. Si el niño se siente presionado en vez de avanzar conseguiremos el efecto contrario.
- Deja de controlar
la caca y/o el pis en determinados momentos.
Puede ser que, por algún motivo, el niño deje de controlar en según que momentos y/o lugares. Por ejemplo, puede pasar que cuando nace un hermanito el niño vuelva a tener escapes o deje de controlar el pis y/o la caca. El pequeño necesita nuestro apoyo, sentirse querido y seguro. De esa forma la situación poco a poco va volviendo a su cauce.
Puede ser que, por algún motivo, el niño deje de controlar en según que momentos y/o lugares. Por ejemplo, puede pasar que cuando nace un hermanito el niño vuelva a tener escapes o deje de controlar el pis y/o la caca. El pequeño necesita nuestro apoyo, sentirse querido y seguro. De esa forma la situación poco a poco va volviendo a su cauce.
- No quiere que le
cambien el pañal.
Aquí el niño muestra miedo a deshacerse de algo que para él es suyo. Lógicamente, por higiene, al niño hay que cambiarle el pañal. El juego es primordial para hacerlo más llevadero y que el niño no se sienta humillado. De nuevo, si lo hacemos amorosamente, esta fase pasará en poco tiempo.
Aquí el niño muestra miedo a deshacerse de algo que para él es suyo. Lógicamente, por higiene, al niño hay que cambiarle el pañal. El juego es primordial para hacerlo más llevadero y que el niño no se sienta humillado. De nuevo, si lo hacemos amorosamente, esta fase pasará en poco tiempo.
- Sigue mojando el
pañal nocturno más allá de los cinco años.
Como he comentado antes no se considera enuresis nocturna hasta los siete años. Por tanto, por si solo, hay que tener claro que el niño no tiene ningún problema. Es cuestión de madurez.
Como he comentado antes no se considera enuresis nocturna hasta los siete años. Por tanto, por si solo, hay que tener claro que el niño no tiene ningún problema. Es cuestión de madurez.
Recuerda que cuanto menos intervenimos, el proceso se desarrollará con mayor fluidez.
Te puede interesar este otro artículo donde detallo las conclusiones obtenidas tras revisar la encuesta que lancé hace un año sobre control de esfínteres:
Si la información te ha resultado útil te invito a seguirme en facebook y a darte de alta en el boletín.
Si tienes alguna duda puedes escribirme a info@soniandoduendes.com. Si lo que
necesitas es una asesoría, ya sea online o a domicilio puedes ponerte en
contacto conmigo en el ese mismo mail.
No hay comentarios:
Los comentarios nuevos no están permitidos.