jueves, 3 de marzo de 2016

Miedo al dolor en el parto

Nos han hecho creer que no somos capaces de dar a luz. Que ni nosotras sabemos ni nuestro cuerpo vale para ello. Que nuestro bebé tampoco sabe. Y por tanto necesitamos que al gran salvador profesional nos diga cómo proceder y “nos saque” a nuestro bebé. ¿Qué sería de nosotras sin su ayuda?


Por suerte hay grandes profesionales que no intervienen. Saben que su cometido es acompañar a la mujer en el parto y sólo intervenir si surge algún problema.


Un factor clave para que el parto se desarrolle con normalidad es que a la mujer que va a dar a luz esté tranquila, a su ritmo, segura, en un ambiente relajado e íntimo. Entonces el parto se desarrolla sin ningún problema en la mayoría de los casos.

Lo que sucede es que muchas mujeres llegamos al parto con miedo. Miedo a no ser capaz, a que surjan todos esos problemas que nos han contado tantas veces (pero no el motivo), miedo a que nuestro bebé nazca con alguna patología, miedo a la muerte, miedo al dolor.

Hemos oído tantas historias de partos en las que el dolor era tan insoportable que nos da pánico.

Ese miedo al dolor, esa falta de confianza en nuestro cuerpo puede hacer que el parto no progrese o que decidamos dar nuestra responsabilidad a terceros. Que nos controlen, que nos pongan y nos quiten, que nos digan en qué postura colocarnos, cómo empujar, que nos saquen a nuestro bebé…

Ese miedo al dolor que ya en el embarazo, sin ni siquiera haber experimentado si es tal, nos hace asegurar que pediremos la epidural si o si. ¿Para qué sufrir innecesariamente?

Cada mujer es libre de decidir cómo quiere su parto. Pero para poder decidir hay que estar informada, conocer riesgos, desechar mitos y deshacernos tanto de nuestros miedos como de los que nos infunde la sociedad y algunos pseudo profesionales.


El miedo paraliza, no deja avanzar.
Esto sucede en el día a día.
Y esto sucede en el parto.


- Si tengo miedo las hormonas del estrés paralizan el parto.

- Si tengo miedo no dejo que las contracciones fluyan y por tanto las retengo, aumentando el dolor e incluso no descansando entre contracciones.

- Si tengo miedo será más fácil que me deje hacer lo que otros decidan.

- Si tengo miedo no disfruto.

- Si tengo miedo no dejo que el cuerpo segregue sus propias endorfinas.


En mi experiencia te puedo asegurar que así como en mi primer parto lo pasé realmente mal con las contracciones, porque intentaba parar el dolor y el resultado era una contracción constante. En mi segundo parto, habiéndolo trabajado y habiéndome informado y leído mucho, fue la experiencia más maravillosa e intensa que he vivido nunca.


Si estás embarazada...

               …infórmate bien.

               … trabaja tus miedos.

               … pide acompañamiento si así lo crees necesario.

               … sana heridas pasadas si es el caso.

               … lee historias de partos disfrutados y respetados.


En cuanto al tema del dolor en el parto te recomiendo estos dos libros, que pueden ofrecerte mucha luz al respecto: “Parir sin miedo” de Consuelo Ruiz Vélez-Frías y “Pariremos con placer” de Casilda Rodrigáñez Bustos.


Dolor no es lo mismo que sufrimiento. No todas las mujeres sienten como dolorosas las contracciones. Y el inminente nacimiento del bebé puede ser vivido con gran placer.

Las contracciones son una manera de conectar con nuestro bebé y estar presentes en el parto. Permitiendo los cambios necesarios en nuestro cuerpo para dar a luz.


¿Qué recuerdos tienes de tu parto, lo disfrutaste?


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