miércoles, 29 de mayo de 2013

Los niños: Sexualidad y Muerte

Este sábado disfruté de nuevo, por cuarta vez, con la conferencia que dio Yolanda González  dentro del III Ciclo de conferencias “Conociendo a Nuestros Hijos” que organiza la asociación Besos y Brazos.

No me cansaré de repetir lo que me gusta estar mujer, lo que me emociona y lo que aprendo siempre con ella. Si os interesa leer más sobre lo que cuenta en estas conferencias podéis hacerlo aquí, aquí y aquí.

Esta vez los temas a tratar no eran los habituales, sexualidad y muerte, dos temas tabú sobre los que no se habla mucho en relación a los niños e incluso, en especial la muerte, preferimos pasar por alto.

Como de costumbre Yolanda hizo incapié en la importancia de conectar con nosotros mismos para poder hacerlo con nuestros hijos, y en conocer el desarrollo emocional en la primera infancia

De los 0 a los 7 años es una etapa crítica en la que se establecerá la personalidad, el carácter del niño.
- De 0 – 3 años se caracteriza por la emoción. Los pequeños son sólo emoción.
- De 3 – 7 años es cuando ya comienzan los mecanismos de defensa.

   
La muerte

Los niños son los primeros que se preguntan de dónde venimos o por qué nos tenemos que morir. Sin embargo nos cuesta mucho enfrentarnos a este tema y es porque nos mueve la emoción del miedo (a la propia muerte y a la de los seres queridos). Esto nos lleva a un mecanismo psíquico inoperante, la negación, el creer que somo eternos.

Vemos a los niños tan vulnerables y sensibles para afrontar este tema, para el que no estamos preparados, que les protegemos demasiado (más incluso que frente al maltrato) y no les permitimos ver la muerte. Los pequeños también tienen derecho a despedirse frente a una pérdida, ya sea de un ser querido como incluso de su mascota (primer contacto que pueden tener con la muerte). Cuando se impide esto estamos creando un duelo patológico que se arrastrará a lo largo de la vida.

La tristeza es una emoción tan legítima como las demás y no podemos vivir sin ella. Nos ayuda a despedirnos y elaborar el duelo.

Depende de cómo nos afecta a nosotros la muerte, podremos tratarlo con los pequeños. Ellos perciben nuestra actitud y el clima emocional frente a la muerte.

Hasta los cinco años la visión de la muerte (extensible al resto de las cosas) tiene un carácter de:
- Universalidad. Se preguntan si todos nos tenemos que morir. Ellos no pueden morirse.
- Irreversibilidad. Para ellos la muerte es reversible. Se preguntan cuando despertará el abuelo que murió. Para ellos todo es reversible.
- Inetabilidad. Respondiendo a su pensamiento egocéntrico (sano y natural en su edad) niegan la inetabilidad con afirmaciones como que ellos no se van a morir.
- Causalidad o finalidad. ¿Por qué hay que morirse? Hay que tener cuidado con las afirmaciones que les hacemos a los pequeños, ya que hacen asociaciones equivocadas, como el “papa está enfermo, pórtate bien para que se cure” (si se diese el caso de que el papá muriese el niño pensaría que es culpa suya. Es común que se sientan culpables ante la separación de sus padres o la muerte, por su carácter egocéntrico.
- Causa o modo. No es lo mismo que alguien muera de manera repentina que una muerte que ya nos esperamos.

El abordaje de la muerte depende de la reacción del entorno, de su edad y del vínculo con el ser querido. Según sean estas, las reacciones habituales de los niños, menores de cinco años, ante la muerte son:
- Conmoción o insensibilidad.
- Incredulidad.
- Ansiedad y miedo. Pueden surgir terrores nocturnos, un retroceso en el control de esfínteres, etc.
- Rabia.
- Anhelo (llanto desconsolado).


Las claves para propiciar un un duelo sano son:
- Actitud del adulto. Es importante no perder de vista al ser más vulnerable y ser favorecedor de la expresión emocional.

- Informar de la realidad según la edad. Y cuidar mucho nuestras palabras. Decirle a un niño “el abuelito está en el cielo y está muy bien allí” puede llevar al niño a no tener cuidado al cruzar una calle ya que si le pilla un coche podrá ver al abuelito y además estar muy a gusto en el cielo, ya que además como hemos visto para ellos la muerte es reversible.

- Responder a sus preguntas desde nuestra honestidad. Y cuidado con las respuestas vagas, los niños necesitan seguridad. Por ejemplo, ante la pregunta “mama, ¿y tu también te vas a morir?” Tenemos que dejarles claro que no tenemos intención de morirnos hasta dentro de mucho tiempo.

- Permitir su participación en las despedidas. Y de nuevo cuidado con las expresiones. “El abuelito se ha dormido” puede infundirles temor a dormirse.

De los 6 a los 9 años la muerte ya es algo concreto para ellos. Aquí las preguntas son del tipo “¿y no tendrá sed?”.

A partir de los 9 años ya interiorizan que la muerte es el resultado de la vida, que es irreversible e inebitable.


La sexualidad

Socialmente la sexualidad está manipulada y no guarda ninguna relación con cómo nos hace sentir. Por eso no se trata sólo de información sino de ver cómo la vivimos, nuestra actitud hacia ella.

Me gustó mucho la naturalidad y franqueza (por otro lado, como debe ser) con que Yolanda trató este tema.

Para hablar de la sexualidad hay que tener en cuenta la historia que tenemos detrás. Hasta el siglo XX la sexualidad no existía, aparecía en el momento de la procreación o como mucho en la adolescencia. Hasta que Freud descubrió no sólo que la sexualidad existía, sino que era inevitable y necesaria para el correcto desarrollo del ser humano, y el pretender evitarla o modificarla derivaba en patología.

La sexualidad es un instinto biológico (como el comer o el dormir), es todo aquello que da placer y no hay que confundirla con genitalidad. Comienza en la vida intrauterina y acaba con la muerte. Y cumple una función de salud, ya que conformará el carácter del niño.

Cuando un instinto se moldea se convierte en una pulsión. Detrás de las violaciones hay una represión y/o desviación; pues lo que está contenido, cuando explota destruye.


En el desarrollo de un niño pequeño (hasta los cinco años) existen tres fases sexuales:

- 1ª Fase Oral.

Comienza con la vida intrauterina y finaliza más o menos a los 3 años.

En esta fase los niños sienten placer a través de la boca, ya que es a través de donde conocen el mundo. De ahí la importancia de la succión, que cumple tres funciones: placer en contacto con el pezón materno, seguridad y necesidad de nutrición.

Conocen el mundo a través de la boca, y por tanto se frustan si no les permitimos  llevarse cosas a la boca.

Por eso es a partir de los tres años, más o menos, cuando los pequeños pueden dejar el pecho o el chupete con respeto, paciencia y cariño (si somos los adultos los que lo necesitamos).

- 2ª Fase Anal.

Es una etapa en la que si no influimos pasará rápidamente. Es la fase en la que  los niños sienten curiosidad por la caca.

- 3ª Fase Genital.

Comprende desde los 3 a los 7 años. Es la fase de la masturbación y la exhibición genital, aunque hay niños que no se tocan abiertamente. Tienen mucha curiosidad por los genitales propios y ajenos.


Cuando los niños preguntan sobre sexualidad o directamente la ejercen, ¿cuántos adultos aceptan esa sexualidad infantil?

Con el placer aparece el enamoramiento romántico, y si no tienen amiguitos de los que enamorarse lo harán del papa o de la mamá. En este último caso habrá que acoger el sentimiento del niño y situarles en la realidad pero sin reprimirles o humillarles.

Los niños juegan libremente sexualmente, es algo que hay que ver con naturalidad siempre y cuando estos encuentros se den entre niños de la misma edad y sea consentido. Si los niños implicados se encuentran en una situación de placer no hay que interferir por ignorancia o miedo (de abusos por ejemplo, porque no tiene nada que ver aquí).


Y por supuesto hay que responder a sus preguntas con franqueza, con naturalidad y acorde a su edad.

12 comentarios:

  1. La verdad es que cada vez que hablas de esta mujer, me crecen las ganas por ir a escucharla en persona. Me encanta todo lo que nos cuentas y cómo lo haces. Gracias por compartir.
    Un besito.

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    1. Si tienes la oportunidad de ir a verla no la desaproveches, porque merece la pena. Transmite mucho, nada que ver con lo que yo cuento.

      Un besazo

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  2. Muy interesante.

    Yo expliqué de forma muy temprana a mi Bichito que sus abuelos estaban muertos y le expliqué que todos algún día morimos. Ella a veces repite que se va a morir, cuando sea muy muy mayor y tenga muchos años. La marcó, no tengo la menor duda. Yo la explico que primero tiene que vivir, disfrutar de las cosas bellas de la vida, y que va a ser muy feliz. Prefiero que sea así, no haberla ocultado nada, no haberla sobreprotegido.

    BEsitos

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    1. Yo también creo que no hay que ocultar esas cosas a los niños, podemos explicárselo según su edad. Además si no lo hacemos y nos ven tristes no van a saber bien qué sucede, y como dice Yolanda ellos pueden elaborarlo mejor.
      Eso sí, muchas veces no pasamos de información cuando sólo tenemos que contestar sus preguntas.

      Un abrazo

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  3. Muy interesante!!!! Gracias por compartirlo! :)

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  4. No imagino quién mejor para tratar estos temas un tanto peliagudos que Yolanda González. Muchas gracias por compartir sus reflexiones en tu blog, Carol!
    Besos.

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    1. Además que si. Siempre recomiendo verla si se tiene la oportunidad, pero no tiene nada que ver leer sobre ella que lo que transmite.

      Un besazo

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  5. Hola Carol, una entrada muy interesante, gracias por compartir la información de la charla.
    Por cierto, te he dejado un premio en mi blog, ¿te pasas a recogerlo?
    Un abrazo,

    Raquel

    http://nuestromundodepadres.blogspot.com.es/2013/06/la-semana-va-de-premios-i-and-winner-is.html

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  6. Qué complicado es el tema de la muerte, por ejemplo con la edad de nuestros peques. Cuando murió mi abuelo se lo expliqué, pero dudo mucho que entendiera algo, conceptos como nunca o para siempre, son demasiado abstractos, en fin no sé, también le hable de "pupa", eso si sabe lo que es claro. Bueno con los años irá evolucionando la definición y la vivencia de la misma.
    Un fuerte abrazo Carol

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    1. Es un tema difícil que a veces complicamos con nuestros miedos. Es verdad que según la edad no van a entender muchas cosas, por eso adaptarlo a su entendimiento, aunque muchas veces no sabemos ni cómo.

      Un besazo

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