Aprovechando estos días de fiesta y que mi compañero de ruta ha podido unir en un gran puente (excepto mañana que no ha podido cogérselo), hemos estado sin parar haciendo algunas de las cosas que teníamos pendientes, visitas y, como no, también alguna escapadita como la de esta mañana a los jardines de Aranjuez, idea que me dieron en la Asociación Crianza Leganés. Aunque la niebla lo cubría todo, y por ende hacía bastante frío, la verdad es que hemos pasado una mañana estupenda en la que la pitufa pasaba de ir en el portabebés porque sólo quería ir correteando de un lado a otro.
A lo que iba. Cuando ya teníamos todo preparado para irnos, después de conseguir presuntamente salir a una hora temprana para aprovechar la mañana, estábamos en la entrada a punto de salir por la puerta cuando Minerva en un visto y no visto da un manotazo a la cámara de fotos (metida en su funda) que yo había dejado en un mueble de la entrada y la tira al suelo.
Mi primera reacción fue de enfado. Se me escapó un “¡joder!”, pero me contuve de decirle nada más a mi tesoro que me mira expectante, bastante tenía ya además con la mirada que le había echado. Se trataba de una cámara réflex, me gusta bastante la fotografía. Así que lo primero que hice fue mirar si la cámara estaba bien y mi enfado fue en aumento al ver que no era capaz de quitar la tapa del objetivo, ya que con el golpe había quedado incrustada en este.
Cuando el papá consiguió quitar la tapa vimos que había un cristal roto, pero comprobamos con alivio que se trataba del filtro que pusimos para evitar que se rallase el objetivo o cosas como esta.
Entonces me dí cuenta, aunque la realidad objetiva rondaba en todo momento en mi cabeza, que la culpa había sido mía y sólo mía.
L@s niñ@s, niñ@s son. Y los adultos debemos comportarnos como tales. No se puede dejar algo al alcance de un/a niñ@ (según su edad) que sabemos que podría romper o con lo que hacerse daño, porque le llama la atención, porque quiere jugar, etc, y pretender que se esté quietecit@ y se contenga. No podemos pretender que no se comporten como niñ@s, entre otras cosas porque va contra natura.
Lo primero que hice cuando mi hija empezó a desplazarse fue quitar todo con lo que pudiera hacerse daño, pero también todo lo que yo no quería que cogiese. Lo que no iba a hacer era estar todo el rato detrás de ella, esto no se coge, esto no se toca, ni por mí, ni por ella, que lo que necesitaba y necesita es explorar y tocar.
Por eso cuando un/a niñ@ pequeñ@ rompe un jarrón, por poner un ejemplo, la culpa es del adulto que lo ha dejado ahí.
Cuando un/a niñ@ pequeñ@ coge unas tijeras y se dedica a cortar cortinas, el pelo de sus muñecos o cualquier cosa que le pille a mano (conozco algún caso), la culpa es del adulto que ha dejado esas tijeras a su alcance, y al que más le valdría tener más cuidado la próxima vez.
L@s niñ@ no tienen culpa de comportarse como tales. Es nuestro deber como adultos favorecer espacios seguros a nivel físico y emocional, y procurar en la medida de lo posible evitar todo lo que pueda suponer un conflicto padres-hij@s, porque nuestro deber es educarles no frustrarles.
Cuánta razón tienes, aunque a veces cuesta contenerse y hay que contar hasta tres :D
ResponderEliminarTenes toda la razon Carol... No podemos quejarnos de que rompan algo que nosotros dejamos a su alcance... Un abrazo enorme para vos y parA Minerva :)
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo :)
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Los niños no comprenden que las cosas se rompen hasta que tienen más edad. De pequeños somos los padres los que tenemos que evitar los accidentes, no ellos. Y normal tu reacción primera, yo también habría reaccionado igual. Besos
ResponderEliminarTienes toda la razón. Hace poquito no pasó lo mismo con el flash de la cámara, Valeria lo tiró, con la mala suerte de que nos quedamos sin él... pero estaba claro que había sido culpa nuestra por dejarlo al alcance de su mano, así que tras el grito inicial (como tú, jeje, es lo que sale) nos contuvimos y no le dijimos nada más a Valeria.
ResponderEliminarEl flash ya está reemplazado, y todo ha quedado en un nota mental para nuestro aprendizaje como papás: vigilar más lo que dejamos por ahí
Completamente de acuerdo contigo!! Pero consejeros no nos faltan... lástima que sean de esos que te dicen que no quites nada, que es el niño el que tiene que aprender a no tocar... que si lo toca le endiñas un tortazo y verás cómo aprende para la próxima vez...
ResponderEliminarEn fin, vivimos en el mundo al revés.
Suerte que hay mamás como tú que me llenan de energía con sus palabras!!
Un beso, preciosa!
Como admiro a las personas que son capaces de ver que los niños ¡son niños!, sin ninguna duda te digo que tu niña tiene mucha suerte de tenerte como mamá, leyéndote acabo de rememorar un par de escenas de miedo a la que me iba a llevar por haber roto no se qué...
ResponderEliminarBesotes
Así es, hay que ser precavida, no solo porque puedan romper algo, más bien porque pueden hacerse daño.
ResponderEliminarSaludos.
Eraseunavez, si hay ocasiones en las que tenemos que controlarnos, nadie ha dicho que fuera fácil :) Un abrazo
ResponderEliminarBren, parece que la culpa siempre recae en los más pequeños, pero la responsabilidad es nuestra. Un besazo para vosotras
Carrusel de Sofía, me alegro de que cada vez seamos más los padres que somos conscientes de este tipo de cosas. Besitos
Sandra, la crianza y educación de un niño lleva su tiempo, no podemos pedirles cosas para las que no están preparados. Un besazo
De chupetes y babas, así es, esto nos sirve a los padres de aprendizaje, ja, ja. Veo que vamos a la par en muchísimas cosas :) Un abrazo
Derya, gracias por tus palabras. Es una pena que a veces los consejos vayan encaminados hacia la violencia contra los niños. Nunca entenderé la lógica de le pego para que aprenda, ¿a qué?. Un besazo
Mar, muchas gracias por esas palabras. Yo también tengo recuerdos de miedo ante el hecho de haber roto algo sin querer. A veces no es fácil romper con lo aprendido cuando éramos niños. Un abrazo
Pamela Toledo, claro, oigo a veces que ellos (los papás) no quitan nada para que aprendan a no tocar lo que no deben, pero es que se trata también de su seguridad. Un abrazo
Totalmente de acuerdo. A veces se nos olvida que los adultos somos nosotros y que ellos solo son niños. Me encantó tu entrada.
ResponderEliminarCarol, estoy de acuerdísimo contigo. Aunque no me gusta nada nada la palabra 'culpa' (es que todas sus connotaciones son negativas) y siempre se puede sustituir por la palabra 'responsabilidad' (que es mucho más positiva, verdad?) Además, me estoy dando cuenta ahora mismo que usando 'responsabilidad' es imposible que el "marrón" (jeje, oseasé culpa) caiga en el niñ@.. porque no puedes decir "la responsabilidad es del niñ@".. bueno, lo puedes decir pero no va a colar. Pensando un poco en alto en la casita de mi amiga Carol :DD
ResponderEliminarUn besote preciosa!
Totalmente de acuerdo. Creo que has reflejado perfectamente escenas que ocurren en cada hogar, o en la calle, es inevitable que los niños deseen tocar, explorar... el dejar a su alcance objetos peligrosos o de valor es sólo cosa nuestra. Entiendo igualmente que te diera cosa, qué lástima lo de la cámara. Gracias por tu reflexión. Besos
ResponderEliminarEs cierto. Muchas veces creemos que los niños se comportarán de manera adulta y no nos damos cuenta de que no entienden lo que pueden o no pueden tocar y de que muchas veces somos nosotros los responsables al dejar a su alcance cosas que pueden romper.
ResponderEliminarA veces este tipo de incidentes nos hacen reflexionar.
Me alegro de que lo de la cámara al final no fuera nada.
Tienes toda la razón! Son niños, todo lo quieren coger tocar y tirar, hay que estar con mil ojos y sobre todo quitar de su alcance aquello susceptible de ser roto y que nos de mucho coraje... Tranquila porque yo tb he reaccionado alguna vez así y enseguida me he dado cuenta de que la culpa es mía...
ResponderEliminarUltimamente a Abril le encanta echarse por encima el agua de Noah, muy fresquita en estas épocas del año jajaja...
Un besito
siempre que algun padre me pide consejo sobre algo siempre les doy el mismo... Paciencia,mucha paciencia!! Y mucho amor. Enhorabuena por tu blog.Ali.
ResponderEliminarZary, gracias. No hay que olvidarse de que ellos son los niños. Besitos
ResponderEliminarCarol, me encantan tus pensamientos. Es verdad que la palabra culpa tiene connotaciones negativas, y desde luego que la reponsabilidad es del adulto. No me había dado cuenta de que así el niño queda exento de toda responsabilidad. Un besazo
Cocolina, es habitual este tipo de situaciones porque es el comportamiento natural de los niños. Y además al final la cámara esta en perfecto estado, sólo se trata de volver a poner un filtro, que es lo de menos. Un abrazo
Silvia, es bueno que estas cosas nos hagan reflexionar. Si sabemos que los niños actuan de esta manera nos evitaremos muchos conflictos. Besitos
María, ja, ja, ja, nosotros hemos tenido que quitar en ocasiones la comida de nuestro perrillo porque la coge a puñados y la lanza por donde pilla. Besitos
Ali, gracias. Opino lo mismo, paciencia y mucho cariño. Un abrazo
No puedo estar más de acuerdo, somos nosotros los responsables, y si dejamos objetos de valor a su alcance atengámonos a las consecuencias...
ResponderEliminarA mí me pasó en unas vacaciones que perdí unas buenas gafas de sol a manos de mi niña de 9 meses y claro, aprendí la lección y entoné el mea culpa :)
Muy buena reflexión.
ResponderEliminarY al mismo tiempo me alegra ver que no soy la única a la que se le escapa alguna espresión como la tuya jajaja...
seguro que si pasa lo mismo con mi cámara reacciono a primeras igual que tu;)
María M., una experiencia más de la que aprender. No podemos echarles el peso de nuestras responsabilidad. Besitos
ResponderEliminarParis, yo también me quedo más tranquila sabiendo, por vuestros comentarios, que somos muchas (sino todas) las que reaccionamos mas o menos de la misma manera. Menos mal que luego nos damos cuenta. Un abrazo
Totalmente de acuerdo. Lo fácil es culparles a ellos; pero de qué? De tener curiosidad? De querer tocar aquello que no conocen? De querer explorar y aprender, y aprender, y aprender? No... no tienen la culpa. Lo que hacen es importante, tiene valor y significado y debemos tenerlo muy claro. Estemos atentos y dejemos de cortarles las alas y de culparles de todo.
ResponderEliminarA mi también me ha pasado más de una vez lo que os pasó a vosotros. Relajarme, olvidar algo donde no debía... y romperse un poco después ;)
De todo se aprende! Un beso.
Miriam, lo has descrito de maravilla, es su forma de aprender. Por eso es tan imporante relajarnos, como dices y dejarles explorar y tocar. Por supuesto que así también aprendemos nosotros. Un abrazo
ResponderEliminarTienes toda la razon del mundo, pero nosotros los adultos tambien tenemos un pequeño niño dentro. Somos adultos, sí, pero hay veces que nos sale y nos enfadamos sin pensar.
ResponderEliminarDesde luego me encanta como lo has explicado, un besote guapa
Erna:
ResponderEliminarDesde luego que tenemos un niño dentro, y muchas veces se enrabieta igual o más que nuestros hijos.
Un besazo
Justo el día antes de leer tu entrada me encontré con un cuchillo de pelar fruta en el suelo, entre los cojines de la sala. Se nos había caído y no nos habíamos enterado... ¡es tan fácil tener un despiste y dejar cosas a su alcance! Qué las rompan es lo de menos... que se hagan daño... ¡se me heló el corazón!
ResponderEliminarAbrazos prevención
Magia:
ResponderEliminarUf, menudo susto y mal sabor de boca se te debió de quedar pensando en lo que podía haber pasado.
Debemos de estar muy atentos, pero a veces es normal tener despistes, al fin y al cabo somos humanos.
Un besazo