miércoles, 27 de julio de 2011

Haciendo las paces con la menstruación


No es un tema del que suela hablarse, parece que
deba quedar relegado a la oscuridad de la que procede. De hecho, ¿para qué hablar de algo que nos produce repugnancia a la mayoría de la gente? Mejor no mencionar el tema, y así parece que no existe.

Nunca me he llevado bien con mi regla, como muchas otras mujeres de nuestra sociedad. Siempre ha sido un fastidio encontrármela cada mes. Era el visitante no invitado, al que siempre intentamos evadir.

Me apetece, por lo que ahora significa para mí, compartir mi experiencia. Si a alguien no le agrada el tema siempre es libre de no seguir leyendo.
No se si con doce años recién cumplidos o a punto de cumplirlos viví mi menarquía, como a quien le llega una mala noticia que le afectará de por vida y que no puede cambiarla. Recuerdo estar jugando en la calle con una amiga, con mis patines, ella llevaba puesto uno y yo el otro. Empecé a no encontrarme bien, con un dolor persistente en la parte baja de abdomen, pero a pesar del malestar seguí jugando, intentando olvidarme de ello. Cuando ya en casa fui al baño... menuda sorpresa... ¡mamá! Claro que sabía lo era, ya nos lo habían explicado en el colegio, en casa y en alguna charla sobre educación sexual, pero todo ello plagado de información sobre nuestro cuerpo físico, nada sobre los sentimientos con los que tendríamos que lidiar, miedos, prejuicios, dudas, vergüenza, pena, rabia. Si, todos sentimientos negativos, porque para mí la regla no fue ninguna alegría o algo de lo que sentirme orgullosa. No recuerdo muy bien la respuesta de mis padres. Sólo tengo un vaga sensación de “ahora hay que tener cuidado”, “ya eres una mujer” ¿Y qué significaba que ahora era una mujer?, ¿de la noche a la mañana?, ¿ya no podría jugar?, ¿tenía que tener cuidado… de los hombres, de mi relación con ellos? Creo que nos influye mucho tanto nuestro primer encuentro con la menstruación como la actitud de nuestros padres frente a este cambio tan importante en nuestras vidas, su aceptación de que no seremos siempre sus niñas. Entramos en una nueva etapa, en la que poseemos el don de crear vida, donde descubrimos estados desconocidos de nuestro inconsciente, y esto puede asustar a unos padres a los que les cuesta concebir a su niñita como un ser independiente, autónomo, que necesita ensayar el despliegue de sus alas, para cuando esté preparada para alzar el vuelo.
Siempre he tenido que drogarme para soportar los dolores que acompañaban a la menstruación, al principio tomé saldeva, pero visto que no me hacía ningún efecto, he estado mucho tiempo tomando antalgin, con lo poco que me gustan los fármacos. También tenía mis remedios caseros para los efectos psicológicos, mal humor, tristeza, mayor sensibilidad, aunque no lograban disiparlos del todo. Otros efectos que me molestaban eran que la rinitis empeoraba, sentía las piernas cansadas, hinchazón, granos, memoria afectada… Y un sentimiento de para qué tenía que pasar por todo eso si además yo no quería tener hij@s... Yo no quería tener menstruación.
Hace poco más de una semana comentaba con mi compañero de ruta que, después de un embarazado deseado y una hija maravillosa (lo mejor que me ha pasado en la vida), tenía la certeza de que cuando me volviese la regla mi sentimiento hacia ella (la menstruación) sería diferente. Tiene gracia (¿será casualidad?), porque además leí recientemente dos blogs en los que tocaban el tema. Y resulta que unos días después me pilla de sorpresa, o no tanto porque algún síntoma tenía, y me encuentro de nuevo con mi antigua compañera de batallas, después de diecinueve meses sin vernos.
Andaba yo algo revuelta emocionalmente, y tuve dolores, no como siempre, pude soportarlos, no se si porque estaba atenta a la nena, o porque no pensaba (erróneamente, ahora lo sé) en lo que se me venía encima otra vez.
Ha sido una regla normal, en cuanto a duración y cantidad. Pero no me he sentido tan harta o enfadada con su presencia, como solía pasarme.
Y todo esto que os cuento es porque he tomado una decisión, aunque la verdad es que ya la tenía tomada desde hacía unos meses. ¿Qué ha producido ese cambio? La maternidad. Mi hija, que me ha abierto horizontes nunca imaginables antes para mí y me ha quitado también muchas vendas de los ojos. Quiero aceptarme como soy, mujer. La menstruación es una parte de nuestras vidas, de nuestra sexualidad, de nuestra capacidad de dar vida. Quiero aceptar mi cuerpo y todo lo que viene de él. La menstruación no es una enfermedad, como parece que la tratamos, porque si la aceptamos y conectamos con nosotras mismas, con nuestros sentimientos, nuestro corazón, nuestra mente, nuestras intuiciones, tendremos antes nosotras una puerta hacia el crecimiento. Porque estoy segura de que el conocimiento de tu propio cuerpo y de tu ser te hacen más libre, pero para eso hay que deshacerse de prejuicios y aceptarnos con todo nuestro amor.
Se dice que el síndrome premenstrual es una consecuencia de no respetar nuestro cuerpo y su necesidad cíclica, como la vida.
Es una realidad que durante el período premenstrual o durante, estamos en un estado “alterado”, nos sentimos diferentes. Yo suelo estar más sensible, con una necesidad imperiosa de estar tranquila, sola, en calma, sin inmiscuirme en la vida social. ¿Por qué no utilizar ese estado “alterado” de nuestra consciencia, para adentrarnos en nuestro interior, nuestras sombras? El problema es que nuestra sociedad no favorece este encuentro.
Hay varias teorías, como las de Miranda Gray o la doctora Christiane Northrup, que asimilan el ciclo menstrual con el ciclo lunar. Bajo mi punto de vista tiene bastante sentido. Pre-ovulación, luna creciente, sociabilidad. Pre-menstruación, luna menguante, introversión.

La eliminación de la menstruación con la píldora es otra forma de desconexión de nuestro cuerpo, nuestras hormonas, nuestra sexualidad, y en definitiva de nosotras mismas y de la vida. Ahora existe la posibilidad de estar ocho meses al año sin menstruación, y aunque esa posibilidad podría haberme resultado muy golosa hace un tiempo, actualmente me parece aberrante el daño que nos afligimos a nosotras mismas. Mi experiencia con la píldora (tengo claro que no tiene que ser la de otras mujeres), hace ya muchos años, no fue nada buena. Terminé dejándola de tomar porque me encontraba en un estado constante de tristeza, apatía, depresión, además de dolores de cabeza, entre otras dolencias, y es que los efectos secundarios de la píldora son demoledores. Me hace gracia cuando se habla de “la pastillita del día después” que toman algunas incautas, con lo malísimo que es eso para el cuerpo. Estoy de acuerdo en que ese coctel hormonal no tiene que traernos nada bueno. Pero ¿y qué pasa con las mujeres que toman todos los días un coctel que les revoluciona continuamente su sistema hormonal? No somos conscientes del daño que nos hacemos, y vivir en la inconsciencia me parece muy triste, tenemos que confiar más en nuestro cuerpo y aceptarnos como mujeres que somos.
Lo que está claro es que la píldora impide totalmente la comunicación interna y la maravillosa sinfonía entre nuestro cerebro, hormonas, útero y ovarios.Nos ha desconectado de nuestra sabiduría femenina”
Dra. Christiane Northrup
Me ha gustado mucho leer el artículo: “Menstruación: la sabiduría oculta. Los peligros de la píldora anticonceptiva y los tampones convencionales”, que el Blog Alternativo publicó en El dedo en la llaga. Hemos publicado un extenso documento que pretende DES-ESTIGMATIZAR la menstruación y devolverla al lugar que le corresponde, y de paso, desenmascarar a los anticonceptivos hormonales que mutilan nuestro sistema endocrino y a la industria del tampón convencional que juega con nuestra salud. Leer este artículo me ha servido, entre otras cosas, como una palmadita en la espalda. Porque lo que ahora siento también lo sienten otras mujeres, y se que estoy en el camino correcto.
Puesto que vivimos en una sociedad donde la regla es algo que cada una debe guardarse mucho de mostrar, en todo caso es usada para desvalorizar a la mujer o para enriquecerse a su costa, es difícil poderse mostrar cual somos, pero no imposible. Me gustaría poder enseñar a mi hija a valorar su cuerpo y así misma, como mujer, a enseñarle que la menstruación es una herramienta más para crecer y conectarse con su interior, que es una parte más de nuestra sexualidad, y que sin ella la vida que somos capaces de engendrar en nuestros vientres no existiría.


Si la información te ha resultado útil te invito a seguirme en facebook y a darte de alta en el boletín, para que puedas estar al tanto de mis artículos.

25 comentarios:

  1. Carol, me gustaría verlo como tú, pero la verdad es que lo ha hecho pasar tan mal ...Aún ahora después de tres sigo sin conectar con ella, los meses de lactancia que no la tenía era tan sumamente feliz, quizá porque estaba contenta con mis bebés y no tenía ganas de que se acabara ...Se que es algo natural y sano pero la verdad es que me deja hecha polvo, si fuera más leve igual la querría más :(

    ResponderEliminar
  2. Carol, es interesantísimo lo que dices. Lo que recuerdo de mi primera regla es que llegó un mediodia y luego al cole con esos compresones que habia antes.. era imposible olvidarse asi de la regla! No me quedo sensacion agradable de nuestro primer encuentro. Luego, aunque no recuerdo reglas muy dolorosas, casi siempre he tenido que tomar antalgin (otra cosa en comun tocaya) y la verdad es que era el unico dolor que no soportaba.. y casi el unico farmaco que tomaba. Despues de los embarazos no he vuelto a tomar nada! No se si ha cambiado ella o he cambiado yo (despues de leerte todo apunta a que he sido yo :D).
    Además, volvemos a lo mismo, esta sociedad patriarcal que nos enfrenta a las mujeres con nuestra propia sexualidad. Cuanto miedo al poder que guarda la sexualidad femenina! Se relaciona regla con irritabilidad, mal humor, sensibilidad extrema.. y enseguida se dice "tendra la regla" para explicar esos rasgos en alguien.
    De todo lo que has dicho me quedo con esto "¿Por qué no utilizar ese estado “alterado” de nuestra consciencia, para adentrarnos en nuestro interior, nuestras sombras?"

    ResponderEliminar
  3. A mí también me encantaría verlo así, con mis dos primeros hijos mi situaciín mejoró bastante, sobre todo en cuanto al dolor que me producía, pero el tercero me ha vuelto a trastornar la menstruación, ahora en mucho más abundante y dolorosa, así que me tomo pastillas, y en el trabajo tengo que ir a cambiarme cada dos por tres.

    ResponderEliminar
  4. Carol, interesantísima entrada, me ha cautivado desde el principio hasta el final. Me alegro tantísimo de que estés en comunión con tu propio cuerpo, con la mujer que eres, de que ahora esos días vayan a ser de crecimiento interior, como siempre debió ser, ¿verdad?

    Quizás la menstruación no ha cambiado, quizás has sido tú, quizás la revolución ha llegado hasta aquí también, ¿no?

    Un besazo guapa, voy a leer el artículo!

    ResponderEliminar
  5. Es increíble la información que recibes cuando le das, o te dan por ti, la vuelta a la tortilla. No soy madre y, de momento, no tengo intención de serlo, me "conformo" con ver a mi sobrinita crecer y, sobre todo, verla crecer sin barreras alrededor. Ya tendrá tiempo de creárselas ella misma si así lo estima conveniente, pero no le vienen impuestas. ¡Gracias Carol! Debo decir que gracias a ti estoy viendo un montón de cosas desde otro punto de vista que jamás había sospechado.
    Por cierto, a mí me vino un día por la mañana, justo mientras estaba estudiando e nla cama para un examen. Sólo estaba mi padre en casa, que ese día le tocaba trabajar de tarde. No supo explicarme muy bien qué es lo que se me venía encima, pero no se lo tengo en cuenta. La sociedad muchas veces te asfixia con sus prejuicios.
    Ahora que disponemos de información, nos toca decidir a nosotras. A mí siempre me ha dolido bastante, pero también he sido reacia a tomarme nada. De momento, seguiré así y, ¡quién sabe!, igual consigo conectar con esas sombras que de vez en cuando me impiden ver más allá...

    ResponderEliminar
  6. Has pasado por más de una forma de ver la menstruación y todas esas vivencias te hacen ser la mujer que eres hoy.
    Ahora mientras te escribo se me parte la cabeza porque estoy menstruando, sin embargo he aprendido a vivir con ello, para mí la sangre "limpia", me renueva, me enriquece, me hace sentir muy mujer, no sé bien por qué, pero desde siempre ha sido así.
    Antes de tener a mi hijo, yo decía que nos ponemos tristes en esos días, porque nuestro cuerpo perdió otra oportunidad de hacernos madres.
    Abrazos!

    ResponderEliminar
  7. Yo recuerdo mi primera menstruaciòn como la verguenza màs grande del mundo, me avisò un profesor................ups!!!!! y siempre sufrì horrorosos dolores, con vomito y diarrea incluidos. Como dicen las chicas hay mucha desinformaciòn, pero en nuestras manos està informar a nuestras hijas e hijos para que la menstruaciòn sea vista como algo natural. Mejoraron los dolores despues del nacimiento de mi hijita, gracias a la lactancia pasè año y medio sin verla.......jijiji
    En mi blog tienes un premio para tì!!!!
    besitos!

    ResponderEliminar
  8. Siempre mamá, te comprendo, cuando se pasa mal cuesta aceptar lo que nos causa ese malestar. Puede que me equivoque, pero quizás aceptándola lo llevarías un poco mejor. Me encantaria que lo consiguieras.

    Fany, de rollazo nada, me gusta que me conteis vuestras experiencias. Se me han puesto los pelos de punta, nueve años, una niña. Tuviste que sentirte muy confundida. A mi la regla siempre me ha durado cinco o seis días, así que lo veo normal. Lo que no me parece tan normal son tres días, todo depende del cristal con el que se mire ;)

    Carol, yo creo firmemente que las que hemos cambiado somos nosotras, y me alegro. Es lamentable que siempre se utilice el "estado" en el que nos encontramos durante la regla como peyorativo, cuando guarda un poder del que muchas no somos conscientes.

    Unamadreactual, en casos así es inevitable tener ese sentimiento, pero muchas veces cuando nos relajamos y dejamos de darle importancia todo mejora. Ojalá fuese así.

    Carol, gracias guapa. Se que yo he cambiado. Viva la revolución! Espero sumergirme conscientemente en mi siguiente "estado alterado" y todos los sucesivos. Besitos

    "Inside the labyrinth", no me des las gracias a mí, porque es tu sobrina la que nos están enseñando tanto. Es una maestra estupenda ¿verdad? Deseo que consigas conectar, todo será diferente. Un besazo

    Mujer y Mamá, no sabes cuanto me alegro de que lo veas así. Acepto todo lo que he vivido porque gracias a eso soy quien soy. Por cierto, bonita visión de la menstruación.

    Janeth, me imagino la vergüenza que debiste pasar, y más a esas edades. Como siempre digo la información nos hará libres. Y muchas gracias, besitos.

    ResponderEliminar
  9. Maravillosa entrada!!! Me ha encantado!!!

    Yo me reconcilié con mi menstruación y mi cuerpo tras perder a mi primer hijo. Me costó años de batallas y tratamientos quedarme embarazada, y lo perdí, como ya sabéis. Después de ese parto temprano, de repente menstrué normalmente, ciclos regulares, apenas dolorosos, fue toda una sopresa. Y a los 3 meses se obró el milagro y me quedé embarazada espontáneamente de mi pequeño. Mi cuerpo se rehizo gracias a la maternidad. Desde entonces mis ciclos son super regulares, reconozco mis diferentes momentos, me comprendo, no hay dolor, no hay malas sensaciones. Todo funciona como un reloj. La maternidad, sin duda, me ha cambiado de cabo a rabo.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  10. Yo también he tenido reglas bastante dolorosas y molestas y he tomado la píldora durante muchos años. Me he sentido muy identificada con lo que cuentas, ya que volví a tener la menstruación después de 20 meses, y la he recibido de modo muy distinto, creo que es otra de las tantas cosas que ha cambiado en mí, la maternidad. Un beso

    ResponderEliminar
  11. Estaba yo de verbena en el camping con mis 13 añitos y mis primeros pinitos besísticos cuando me di cuenta que era casi media noche y salí corriendo para la caravana. Pasé primero por el baño, pensando que las humedades eran del manoseo y ¡me había bajado la regla!
    Me alegré, me sentí especial. Y más que me alegré cuando al llegar a la caravana y decírselo a mis padres dieron por supuesto que ese era el motivo por el que había llegado tarde y me libré de la bronca.
    Quizá fue por ese empezar con buen pie, que siempre me he llevado bien con mi regla. De alguna manera me recordaba cada mes que era mujer (siempre he trabajado rodeada de hombres y a veces se me pegan las maneras). No he tenido dolores menstruales, ni más molestias que un compulsivo “llora-rie” y “esconde el chocolate si quieres que quede algo” el día previo.
    Eso sí, cuando estaba leyendo el post me he dado cuenta que fue dejar los anticonceptivos y empezar a ponerme faldas ¿casualidad?
    Abrazos rojo brillante de vida!

    ResponderEliminar
  12. Hola!
    Me ha gustado mucho tu entrada, gracias a lo que he leido voy a plantearme ver mi menstruacion de otra forma y voy a intentar reconciliarme con ella.
    Desde que tengo 12 anyos cada vez que me ha venido la regla lo he pasado fatal. No solo dolores y diarrea,sino un fuerte cambio de humor: de pasar momentos depresivos a una mala leche que no me aguanta ni mi padre.
    Al principio me tome las anticonceptivas por desesperacion, pero me di cuenta que las hormonas no arreglarian mi problema.
    Pero tu vision de la menstruacion me haencantado y voy a intentar llevarla a cabo. Gracias!!
    Saludos!

    ResponderEliminar
  13. Belén, muchas gracias. Durísimo momento, no sabes cuando admiro y me alegro de que tu cuerpo, como dices, obrara "ese milagro", y que hayas conectado tan profundamente con él. La maternidad nos enriquece. Un besazo

    @Mousikh, veo que no soy la única, me encanta saber que somos muchas. Besos guapa

    Magia del Momento, tu experiencia confirma que influye mucho el primer encuentro con la menstruación. Pues quizás no sea tanta la casualidad. Por cierto, me suena mucho lo del chocolate, ja, ja. Un abrazo

    Valenciana en Dresden, muchas gracias. Te deseo de todo corazón que consigas reconciliarte con ella, porque eso te va a portar mucho. El cambio está en nosotras, no en el exterior.

    ResponderEliminar
  14. Carol, muy buen post.

    Aprovecho para dejarte el enlace a mi nuevo blog, que llevo mucho lío con quien lo tiene y quien no!

    http://www.creciendocondavid.com/

    ResponderEliminar
  15. Carol, te he dejado un regalito ;-) http://crianzacorporal.blogspot.com/2011/07/premio-la-mama-consciente.html
    Besos!

    ResponderEliminar
  16. Carol tú entrada me parece fascinante! No sólo no encuentro mal o "sucio" que se hable claramente de esta faceta femenina, me atrevería a decir que lo encuentro hasta necesario. Somos mujeres y este es precisamente uno de los aspectos de nuestra sexualidad que nos reafirma como tales.

    Yo no tuve reglas muy dolorosas y recuerdo el momento en que llegó con excitación, alegría y cierta vergüenza al contárselo a mi madre. Me gustó, la verdad. Fue a medida que crecí cuando fui tiñendo estas sensaciones con los mensajes sociales de que es un fastidio. Recuerdo de muy jovencita cuando mis tías me decían que no podía lavar mis braguitas con la puerta del baño abierta por si llegaba algún hombre... fui asociando que algo oscuro o desagradable se escondía tras ello... una lástima!!

    Por eso comparto contigo la intención, al menos por nuesttra parte, de transmitir a nuestras hijad otro tipo de mensaje respecto a nuestros ciclos. Porque, al igual que tú, con la maternidad he vuelto a respetarlos y amarlos y de paso a respetarme y amarme a mí también por este don de vida que tenemos.

    Gracias por compartir una reflexión tan hermosa y tan personal. Un beso gigante!

    ResponderEliminar
  17. Ana, gracias. Ya tenía tu nuevo enlace.

    Magia del Momento, muchas gracias. Besos

    Cocolina, muchas gracias por tus palabras. Es muy importante lo que les transmitimos a nuestr@s hij@s, y en un tema como la menstruación podremos ayudar a que se vea como un don y no lo contrario. Besos guapa

    ResponderEliminar
  18. Carol, podrías pasar a verme?
    http://mujerymama.blogspot.com/
    Saludos!.

    ResponderEliminar
  19. Carol, me gustó mucho este post. Yo estoy leyendo (cuando puedo porque es un libraco) "Cuerpo de mujer, sabiduría de mujer" y también me resultó interesante el enfoque de Dra. Christiane Northrup, sobre estos eventos femeninos.
    En mi caso, aún no me encontrado con la menstraución desde que nació mi peque (hace casi 8 meses). Anteriormente no me traía demasiadas molestias, solo se hacían evidentes los cambios en mi humor. Para ser sincera, no estoy ansiosa de volver a tener mis ciclos, pero espero que llegado el momento pueda aprender a apreciarlos como lo has hecho vos.

    Un beso!
    Flor
    (maternarteconamor.blogspot.com)

    ResponderEliminar
  20. Flor, gracias.

    Quería leer algo de Northrup, pero ahora tengo ya unos cuantos pendientes de leer, lo pondré en la lista.

    Espero que, como yo (estoy en ello, poco a poco), aprendas a valorar tus ciclos, porque es una parte muy importante de tí como mujer.

    Besos

    ResponderEliminar
  21. Hacia eso vamos Carol!
    Por cierto, el librito del que te hablo, para una mamá es un libraco jajaja pero con paciencia creo que en pocos años se puede llegar a terminar de leer.
    Un beso!
    Flor

    ResponderEliminar
  22. ¿Y qué pasa con las mujeres que tomamos la píldora por tener ovarios poliquísticos? No se puede ser tan radical. Prefiero mi coctel de hormanas dirario que no un quiste en un ovario.

    ResponderEliminar
  23. Flor, estoy en mi segunda regla y parece que seguimos bien. Besos guapa

    Anónimo, no se si por radical te refiere a mi o al artículo que enlazo. Mi cuñada también toma la píldora por lo mismo que tú. Ella misma dice que está temporadas sin tomarla y está mucho mejor anímicamente, pero tiene que volver a tomarlas si no quiere que, como tú dices, se le formen quistes. Es una pena que no haya otra alternativa, mientras tanto yo haría lo mismo. Un saludo.

    ResponderEliminar
  24. Carol, gracias por invitarme a leer tu relato!! Me ha encantado ver que cada vez somos más mujeres las que nos reconciliamos con nosotras mismas. La maternidad nos ha trastocado por completo... y es tan maravilloso!!!

    ResponderEliminar
  25. Mamasquemiman, gracias por pasarte por aquí. Esto va cambiando poco a poco, las mujeres cada vez vamos conectándonos más con nosotras mismas. Sin duda la maternidad a mi me ayudó a ello. Saludos.

    ResponderEliminar