Me lo leí estando aún embarazada, por las mañanas, semitumbada en el sofá y con el libro apoyado en mi barriga. Minerva terminaba siempre haciendo que el libro se moviese. No se si porque le interesaba el tema, porque le molestaba que se apoyasen sobre ella o simplemente porque quería jugar. La verdad es que me encantaba.
Me gustó bastante, repleto de ejemplos y casos reales. Claro que una cosa es tener más o menos unas ideas sobre cómo actuar con tus hijos para tener una buena comunicación y otra es la práctica, la realidad, donde ellos son imprevisibles y donde las emociones pueden estar en ocasiones a flor de piel.
Cómo es mejor escuchar que aconsejar. Ya hablé yo de los consejos, y no puedo estar más de acuerdo. Aunque eso de no aconsejar a mas de un@ le va a suponer un esfuerzo sobrehumano. Simplemente escuchando, haciéndoles sentir comprendidos, haremos que lleguen ellos solos a una solución, y se conviertan en personas autónomas y seguras de ellas mismas.
Lógicamente esto sería aplicable a niños con los que ya podamos razonar, no vamos a pretender que un bebé colabore con nosotros en casa, ni tampoco vamos a necesitar buscar alternativas a los castigos con un bebé.
Nos dicen también, entre otras cosas, cómo huir de los encasillamientos. Este tema me parece muy interesante. Siempre he pensado que si a un niño pequeño, y no tan pequeño, se le llama tonto constantemente, crecerá pensando que lo es. Capítulo muy recomendable.
Estas dos psicólogas tienen otro libro por el estilo para adolescentes, “Cómo hablar para que los adolescentes le escuchen”, que seguramente termine comprándome dentro de unos años cuando Minerva llegue a esa edad tan dura (tanto para ell@s como para nosotros).
Lo kompraré tiene muy buena pinta...
ResponderEliminarVirginia@, te lo recomiendo, está muy bien. Y seguro que te da más de una idea para salir de un apuro con tus nenes
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