martes, 30 de noviembre de 2010

Consejos

No sabía cómo empezar, así que voy comenzar por los consejos.

Se que la gente cuando los da lo hace con la mejor intención (normalmente), pero no se dan cuenta de que nadie tiene la verdad absoluta, lo que vale para ellos y su bebé puede que no valga para nosotros. Tampoco creo que sean conscientes, que en el gran alubión de consejos que se nos echa encima ya durante el embarazo, aunque incrementado aun si cabe tras el parto, de lo contradictorios que pueden llegar a ser unos consejos de otros según de quienes vengan (incluso viniendo de médicos o enfermeras).

Y claro, lo peor es cuando te dan un consejo con el que no estás para nada de acuerdo, es decir, por ejemplo:

“Con lo listos que son, no lo vayas a coger mucho, que luego se acostumbran”. ¡Vaya!, con lo listos que son y ni saben hablar ni valerse por sí mismos, vamos, que dependen totalmente de nosotros. Un bebé puede llorar por mil motivos, hambre, sueño, soledad… y si cogiéndole le voy a acostumbrar a que cuando me necesite voy a estar ahí para consolarle, pues sinceramente, me trae sin cuidado que se acostumbre a recibir cariño. Lógicamente sería mas fácil si pudieran decirnos ‘mama, lloro porque dentro de ti estaba muy a gustito, y ahora aquí fuera te echo de menos’ (esta frase la oí en una de las reuniones de la liga de la leche, de la que ya hablaré en otra ocasión).

“Ponte la epidural, es lo mejor que han inventado”. Desde luego ahí está para que el parto sea más llevadero, si es que la necesitamos. Pero no me parece recomendarla como si fuese la panacea, con la cantidad de contraindicaciones que tiene, tanto para la madre como para el bebé. Creo que primero hay que informarse y luego decidir por uno mismo. Y que conste que aunque yo iba con la idea de no ponérmela después de 16 horas no aguanté más, muy a mi pesar.

Otra cosa sería que estuviésemos en un intercambio de opiniones, y ahí cada cual dirá lo que le ha ido mejor o piensa que es más aconsejable. Pero de los consejos que hablo son esos en lo que te están diciendo haz esto o no hagas lo otro, porque ellos saben perfectamente de lo que están hablando, y claro, como se supone que tu eres un lobato…

Lo siento, pero si no los he pedido… quizás peco en demasía en que no me guste que me digan lo que tengo que hacer. Porque cuando tengo dudas me informo y soy yo la que pregunto, procurando que sean fuentes de confianza para mí, o de lo contrario procuro contrastarlo.

De todas formas, que conste, agradezco a quienes han intentado con toda su buena intención ayudarnos.

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